Sustituir Alimentos:



Quería hablar en esta entrada sobre una de las excusas más comunes con las que las personas tratamos de salvarnos de tener una vida mucho más saludable. Muchas veces, he llegado a oír que se suele comer cualquier cosa por prisas o porque algunas de las comidas que hacen no se sustituyen por algo recomendable para su cuerpo, lo cual, siempre me ha parecido una tontería, si quieres, puedes cambiar tu alimentación y tu salud, simplemente, has de sustituir muchos de los "alimentos" que comes, por otros que realmente tu cuerpo necesita y agradece. Por supuesto, todo lo que comente en esta entrada va acorde a mi propia experiencia y lo que he ido escuchando, no soy nutricionista ni nada por el estilo. Esto es algo digno de comentar porque estas cosas se oyen por todas partes, sobretodo en las colas de un supermercado o cuando le preguntas a alguien por qué prefiere comerse cuatro "croissants" de chocolate en vez de dos piezas de fruta.


Uno de los productos que sustituí desde el primer día fue el "Cola-Cao", no tiene prácticamente nada de cacao y todo el bote es azúcar puro y duro, lo cual, no es bueno como he comentado en otras entradas. Ahora utilizo el cacao puro (Mercadona) que mezclo con la leche de cabra, tiene un sabor amargo, el cual, le da esa intensidad al tomarlo y al olerlo, se te cae la baba. Este producto es realmente cacao 100%, no lleva azúcar y me aseguro de que no estoy contaminando mi cuerpo. Desde que lo he estado tomando, ya no noto esa excitación de buena mañana, tampoco ese ardor que me producía el azúcar, lo digiero mucho mejor y por fin puedo saborear un alimento en su totalidad, ya que, como se dice, come cacao y no azúcar. Esto también pasa con las tabletas de chocolate, de las cuales, hablaré un poco más adelante.



¿A quién no le apetece comerse un helado en verano? Normalmente, se suele comprar en cualquier supermercado, consiguiendo meterse en el cuerpo grasa y azúcar, dado que, siempre que tienen algún sabor (vainilla, fresa, chocolate) es porque le ponen algún tipo de edulcorante o potenciador del sabor, a parte de una serie de ingredientes que no son nada recomendables para nuestro cuerpo. Se puede sustituir por un helado casero saludable hecho de frutas y llevado al congelador para que sea, finalmente, un helado apetecible, sin azúcares ni edulcorantes. Para muchas personas, es más fácil comprar el helado de supermercado porque así, no tienen que perder tiempo preparándolo cuando tan solo se tardan unos cinco minutos. Este que tenéis en la imagen es de frambuesas, fácil y sencillo de hacer, si no ves ninguna complicación para cambiar tus hábitos y tu salud, entonces no la habrá.


Normalmente, es más cómodo coger unos bollos para merendar, ¿verdad? Van en sus bolsitas de plástico y solo hay que abrirlas y ponernos las botas comiendo como cerdos pero, ni nos imaginamos la cantidad de porquería que le ponen a la bollería, en resumen, todo es azúcar, harinas refinadas y poco más, no tiene ningún tipo de valor nutricional y lo quemamos enseguida, por lo que, hay que sustituirlo por fruta, queramos o no, es cuestión de hacer un hábito de ello, de hecho, desde que empecé a hacerlo cada tarde eliminando la bollería y chocolates perjudiciales para mi salud, no me he saltado esta regla, siempre caen dos o tres frutas sin esfuerzo. Esta es una de las cosas que más cuesta de quitar, dado que, es más atractivo comerse un "croissant" de chocolate que una manzana o un kiwi, soy consciente de ello, pero es cuestión de crear un hábito y ser consciente de lo que nos acarrea la bollería. Los primeros días, tu cuerpo te pedirá azúcar, lo mismo, no podrás pasearte por los pasillos de los chocolates o por la bollería, pero poco a poco, tu mente se va adaptando y vas notando que tu cuerpo va mejorando y te vas sintiendo mejor.

Otra de las cosas que no se acepta demasiado es el hecho de que la bollería estriñe, mientras que, la fruta tiene una gran fuente de fibra. En mi caso, me ha hecho mucho bien, muchas veces, podía estar días sin ir al baño por no comer fruta ni nada que tuviera fibra, lo pasaba realmente mal pero, me fui concienciando para tener mejores hábitos, total es esforzarse un poco y, a las dos semanas, ya vamos cogiendo el ritmo. Ni qué decir de lo que nos aporta la fruta, ¿verdad? ¡Vitaminas y minerales a tutiplén!


Lo que tampoco puede faltar en mis desayunos, es la avena integral. Es más barato y fácil comprar los típicos cereales azucarados o de chocolate (que vienen a ser lo mismo), incluso, las tostadas de mantequilla y mermelada de toda la vida con un par de bollos y la leche pero, es mejor comenzar el día con un alimento que, realmente, nos nutre. Desde que empecé a comer avena que me he sentido mejor, de hecho, el gran aporte de fibra me va muy bien después de comerme la fruta de la mañana que, después de probarlo, ya no he podido desengancharme. Esto ha empezado a ser una rutina: una pieza de fruta, leche de cabra, cacao puro, avena y unos pocos frutos secos. Al principio, es difícil eliminar esos cereales o esas tostadas que tienen tan poco aporte nutricional y tienen altos niveles de azúcar, está claro que no deberíamos empezar el día con tanto dulce, dado que, si contamos... entre los cereales azucarados de la mañana, los bollos de la tarde... Finalmente, nos pasamos cuatro pueblos, por no decir que no es nada bueno para nosotros, al menos a mí, no me sentaba demasiado bien en cuanto a estómago e intestino se trata.


Están mejor los chocolates "Milka" súper azúcarados o estos que tienen un 30% de cacao, ¿verdad? A eso se le llama chocolate, de toda la vida, pero lo que sí nos ayudaría con esos antojos sin ser perjudicial para nosotros, es el cacao (del 85% al 99% es muy bueno), está amargo, por supuesto, pero todo lo que esté amargo va a favorecernos. Normalmente, suelo comprarme el que veis en la imagen, tiene 11 gramos de azúcar añadido, tan solo me como una onza cuando me apetece, así que, digamos que la cantidad que se introduce en mi cuerpo es ínfima porque no suelo comer azúcar, ni me afecta como antes lo hacía, de hecho, solía notar lo nerviosa que empezaba a ponerme, me incomodaba y no sabía de qué era pero, en cuanto aparté todos estos chocolates de en medio y empecé a comer cacao, se me fue todo, como por arte de magia. No hay que pensar que todos los chocolates son malos, hay que ver cuál tiene el mayor porcentaje de cacao y comprarlo, aunque no os aconsejo el del 99% porque os cagaréis en todo, el 90 está bastante bien ya. Lo que quiero decir es que no hay que ser restrictivo o prohibitivo, sino, escoger lo mejor para nosotros y lo que nos vaya a beneficiar, las grasas de estos chocolates no es mala y, mucho menos, tan poca cantidad... ¡Disfrutad un poco más del cacao!

Os cuento una anécdota... Hace una semana, Fabio y yo fuimos a la playa a andar un rato y pasamos por el típico puesto de helados, nos compramos uno y, al no estar acostumbrada a comer azúcar, lo noté súper dulce, de hecho, demasiado para mi gusto. Si hubiese seguido comiendo chocolates y bollería, ese helado hubiese sido otro de la colección, ni siquiera hubiera notado lo dulce que estaba. Me sentó bien porque no estoy acostumbrada y uno allá a las mil tampoco hace daño, como os digo, no hay que ser tan tajante... Espero que os ayude esto.


Antes no era muy amante de las verduras, hasta que noté lo buenas que son para el cuerpo. Tienen muchísimas propiedades que nos benefician, de hecho, todos los días las como y he notado una gran mejora en mí, tanto en el aumento de fibra como en el hecho de que me siento mejor. Empecé a tomármelo en serio, no hay trucos, simplemente, valorar lo que realmente nos sienta bien y puede mejorar nuestra salud, aunque para muchas personas, es más cómodo comprar la típica chuleta de cerdo con un montón de grasa, chorizo, butifarra, langonizas... En mi opinión, creo que se abusa muchísimo de este tipo de carnes y embutidos, está bien hacerlo una vez cada varios meses por alguna cena que no puedes evitar, pero no hacerlo cada sábado cuando vienen tus amigotes o cuando vas a casa de la abuela porque cocina de miedo. Muchas veces, he visto cómo personas rechazan la verdura, es decir, la apartan para comerse un plato de tocino que, a decir verdad, es pura grasa. Es necesario aumentar la ingesta de verduras cada día porque nos va a fortalecer y a aportar los nutrientes que realmente necesita nuestro cuerpo.


El otro día, Fabio compró una pizza para él y, al sacarla para meterla en el horno, pude leer los ingredientes. Tras hacerlo, estuve a punto de tirarla a la basura tal como la había sacado de su plástico, digamos que le ponen azúcar y, además, dextrosa y jarabe de glucosa, ¡a una pizza! Lo añaden por tres veces sin miramiento alguno, alegando que es un gran conservador de los alimentos, pero ni qué hablar de otros de los muchos ingredientes que ponen, os invito a que los leáis la próxima vez que vayáis a un supermercado tan solo por pura curiosidad. La pizza que veis en la imagen sería saludable, es un poco más costosa de hacer pero tiene ingredientes buenos, a esto sí que lo llamo pizza y no a la bazofia que nos venden. La masa se puede hacer con harina de avena/garbanzo, añades tomate frito (con aceite de oliva virgen extra) y las verduras que te apetezcan, lo metes al horno y, ¡listo! Está claro que te pringas mucho y le dedicas más tiempo, luego tienes que limpiarlo todo pero, el resultado no defrauda para nada, además, nuestro cuerpo nos agradece el esfuerzo. ¡Pensadlo!


Normalmente, nos gusta untar tostadas con mantequilla, el típico paté que está formado solo por grasas perjudiciales para nosotros... ¡E aquí una de las soluciones! La manteca de cacahuete la suelo hacer comprando unos cacahuetes naturales o tostados, los trituro hasta que estén bastante espesos y que se puedan untar, así es como obtendríamos la verdadera manteca de cacahuete 100%, sin azúcares ni edulcorantes y sin aceites refinados que, vaya tela lo que he tenido que ver en supermercados y, a decir verdad, es tan fácil como triturar cacahuetes. Sirve para untar con tostadas por la mañana con la leche, e incluso, después de la fruta por la tarde, os podéis comer una tortita con la crema encima, ¡está delicioso! Así, evitamos la porquería que sobra en los botes de manteca de cacahuete de los supermercados.

Otra cosa que nos puede servir mucho para untar y podemos comer cuando nos apetezca, es la "tomaqueta" de toda la vida, es decir, tomates, aceite de oliva virgen extra, ajo y perejil, se tritura todo y ya tenemos algo más para utilizar en nuestra nevera, asegurándonos de que no va a perjudicarnos. Por último, podemos hacer alioli casero para evitar el del supermercado, el cual, tiene una composición nefasta, necesitando para hacerlo: tres dedos de aceite de oliva virgen extra, un huevo, un diente de ajo, un poco de sal marina y a triturar, ¡está exquisito!


¿Os han gustado todos los consejitos? ¿Os gustaría que hiciese una segunda parte con más productos saludables que sustituyan los de los supermercados? ¡Hacédmelo saber en comentarios, os leo!


Espero que os haya gustado la entrada, tenía ganas de compartirla con vosotros, ya sabéis que me encanta esto de la alimentación saludable, siempre experimentando con cosas nuevas. Un beso y un abrazo, lectores.

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Comentarios

  1. Gracias por todos los consejos y observaciones dietéticas, Laura. El hecho de que sean de su experiencia hace una gran diferencia. Es "hablar y caminar".

    Una vez fui a un régimen sin grasa y perdí tanto peso que parecía un sobreviviente. ¡Quiero decir más de 35 kg! Tenía tanta aversión a la grasa que no podía acercarme a un lugar de hamburguesas porque el olor me ponía enfermo.

    Desafortunadamente, supere eso.

    Sus observaciones sobre los conservantes y los aditivos en los alimentos preparados son bastante correctos. Los fabricantes te dirán que están ahí en cantidades pequeñas, pero ¿cuántos rastros al día comemos algunos de nosotros?

    Y en esa nota, intentaré hacer algunos alioli para usar con la cena.


    Thank you for all of dietary tips and observations, Laura. The fact that they are from your experience makes a great difference. It's "talking the talk and walking the walk."

    I once went on a zero fat regimen and I lost so much weight that I looked like a survivor! I mean like over 35 kg! I had such an aversion to fat that I could not go near a hamburger place because the smell made me ill.

    Unfortunately, I got over that.

    Your observations about preservatives and additives in prepared food are quite correct. The manufacturers will tell you that they are in there in trace amounts, but how many traces a day do some of us eat?

    And on that note, I will try to make some aioli for use with supper.

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