Prejuicios:



Me apetecía atajar este tema tan recurrente en nuestra sociedad porque hay muchas personas llenas de prejuicios, circunstancias que no podemos evitar. Puedo decir que cada persona tiene su forma de hacer las cosas, tiene determinados pensamientos, ideas y modos de ver la vida pero, eso no quita que haya respeto entre las personas, lo cual, veo que no hay demasiado. Esto ha sido algo que ha pululado a mi alrededor durante mucho tiempo y siempre es oportuno comentar, ya no es momento de callarse nada y menos cuando has pasado por tantos momentos vejatorios, humillantes, de constantes insultos y caras al pasar por delante y todo por ser quién soy y vestir como me gusta.

Como sabemos, en la adolescencia pasamos por etapas curiosas y de hormonas incontrolables, en mi caso, empecé a desarrollar mucho más mi personalidad y definí mi forma de vestir, e incluso, empecé a tener mis propias conclusiones sobre la vida, en general. Escuchaba música heavy, vestía de negro, con camisetas de grupos y cadenas, las pulseras de pinchos eran mi debilidad y los complementos me tenían loca (igual que ahora), todo gracias a conocer al que ahora es mi grupo favorito Slipknot y por la forma tan particular de vestir de Avril Lavigne, la verdad, fueron un referente durante esa adolescencia donde estaba tratando de descubrirme a mí misma. Todo esto, fue objeto de faltas de respeto, oportunidades para hacer del abusón la persona más importante a la que eludir por los pasillos, creándome ansiedad, terror, muchas lágrimas y constantes frustraciones y, lo más curioso es que ellos ni siquiera se acordarán de mí tras hacerme pasar por todo eso.

Tal como está la sociedad hoy en día, lo que muestras a los demás es lo que eres y, normalmente, cuando ven que te sales un poco de los estándares habituales, te juzgan sin saber si eres simpática, agradable, amable, respetuosa, empática... en fin, que eres algo más que unos trapos y unos complementos (hablando tanto de mí como de cualquier otra persona, claro). Se interpreta siempre que tienes que causar buena impresión, sino, no te contrata nadie, tienes que vestir normal porque, sino, eres rara... y así, sucesivamente. No se acepta nada diferente, las críticas son el plato principal, mucha gente, incluso, ha sido solitaria por no tener la oportunidad de relacionarse pero, ¿y eso a quién le importa?

Estas circunstancias, pueden producir a la larga, bastantes desequilibrios emocionales y sociales, dado que, en mi caso, empecé a darme cuenta de lo crueles que podían ser las personas, que la confianza debía ser apartada y que prefería no tener a personas cerca para que no me molestaran ni me hicieran daño, algo que, a día de hoy, sigo opinando. Pero, a parte de estos problemas, también pueden afectar a personas que mentalmente no son tan fuertes y podrían hacer cualquier cosa de la que se podrían arrepentir en un futuro. No se dan cuenta de la magnitud de las palabras, cómo pueden afectar de verdad a la otra persona, tan solo van a hacer daño y a mirarte por encima del hombro como si fueses un bicho raro que no tiene el mismo derecho a vivir que ellos.

Estos últimos días, me he vestido de negro, me he puesto los pinchos, anillos, cadenas y gargantilla, además de pintarme los labios de negro porque, ya veis, me apetecía. Muy en el fondo, sabía que me mirarían por la calle porque no es algo habitual en pleno 2018 pero bueno, aunque indecisa, me lo puse. Como era de esperar, por allá donde pasaba, me miraban con extrañeza, bajaban la mirada (como si tuvieran miedo), se me quedaban mirando... Estoy harta de muchas de las actuaciones del ser humano pero, trato de ignorarlas y hacer como si no hubiesen ocurrido, aunque el hecho haya sucedido. Nosotros somos los que tenemos que sobrellevar estas circunstancias, mientras ellos, siguen su vida sin darse cuenta de que los prejuicios no deberían existir.

Otra de las cosas a añadir, es que las personas hablan sin saber, es una especie de manía que no se les quita ni con lejía. Todo son comentarios y comentarios, críticas a raudales pero, ni siquiera preguntan o se informan de ti o la situación por la que estás pasando porque tampoco se interesan en ver qué hay en tu interior, qué te preocupa o preguntarte si estás triste, no es tan difícil, ¿no? Actúan para gustar a los demás, para fomentar a su alrededor situaciones sociales prósperas para ellos mismos, pero a eso, yo lo llamo aburrimiento, monotonía, rutina... todo por quedar bien con los demás y ver a quién le chupan el culo. Los prejuicios están al orden del día, para mí entre otras, hay fotos que tengo que pensar si enseñar o no, en Instagram era incapaz de subir las que ahora estoy compartiendo... esto es algo constante, te hace pensar cómo actuar en cada momento.

Siempre hay que pensar antes de hablar, elegir el atuendo correcto dependiendo de a qué lugar vas a ir, añadir o quitar ciertos complementos, dado que, en ciertas instituciones son capaces de hablarte de forma ruda y maleducada por vestir de una forma una otra, por una sonrisa o un ceño fruncido, incluso, por unos pendientes, todo te define, es como si un montón de ojos estuvieran puestos sobre ti en ese mismo instante y llega a ser demasiado incómodo, la verdad. He terminado por vivir en mi mundo y alejar a los demás de mí gracias a todo lo que me hicieron durante aquellos diez largos años, por todo lo que dijeron, aunque, he de reconocer, que no me desagrada en absoluto, me evito problemas.

Sé que nada de esto cambiará, la sociedad todavía no está preparada para los cambios, para diferenciarse de los demás, ni siquiera entienden la palabra "destacar". No confío en que algún día ocurra, en que haya un momento en que todo lo vean normal y no prejuzguen a una persona por su forma de vestir, de relacionarse o de qué tipo de género estamos hablando. Es patético que todavía sigamos así pero, creo que cada vez, la sociedad está más intoxicada de críticas y prejuicios y, la verdad, ni me extraña ni espero ningún cambio, al menos, conmigo no he notado demasiados actos de respeto.

¿Os ha ocurrido algo semejante? ¿Cómo lo sobrelleváis? ¿Qué opináis de ello?


Espero que os haya gustado la reflexión, es algo bastante interesante para comentar. Un beso y un abrazo, lectores.

Comentarios

  1. El prejuicio es una condición humana profundamente arraigada. Temo que tomará miles de generaciones si alguna vez se supera. Es como primos, bullying y chismes porque no tiene ningún mérito y no sirve.

    El sentido de la visión ocupa la mayor parte del cerebro, y con buena razón. Ver algo nos ayuda a acercarnos o evitarlo. Por lo general, tenemos suficiente información para tomar una decisión sensata y evitar problemas.

    Es cuando asignamos valores a lo que vemos que causa los problemas con el prejuicio. Cualquiera que no se parezca a nosotros se clasifica inmediatamente como diferente, luego lo clasificamos como bueno o malo, sin más información. Es como saltar a una piscina y asumir que está llena de agua, pero eso no siempre es cierto.

    Mientras la gente opere en tal sistema habrá prejuicios. Ha estado con nosotros desde el humano número uno. Lo mejor que podemos hacer es encontrar en nosotros mismos y controlarlo, y para decir a los demás que hay una mejor manera de vivir - sin juzgar.

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    1. Me ha encantado leer tu pequeña reflexión, como siempre, me gusta que participéis en estas cosas :) Es muy cierto todo lo que dices, además, en mi opinión, lo diferente es bueno, atrae nuevos formas de ver la vida, de interpretar las cosas, las tradiciones solo nos traen lo que ya esperamos, lo mismo, es momento de cambiar esas constantes opiniones tóxicas.

      ¡Gracias por comentar! Un beso.

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