Dueño de Tus Palabras:



Eres dueño de cada palabra que sale de tu boca, en el momento en el que la dices, el otro ya puede hacer con ella lo que quiera. Por precaución, es mejor no decir mucho más de tu vida, de lo que piensas, de lo que sientes, para que tus palabras no terminen condenándote durante el resto de tus días, hay personas que reciben tus palabras como un halago, necesitan oportunidades diferentes para cotorrear y hablar de cosas de las que ni siquiera saben. Lo mejor es esperar el momento justo, preciso, para dejar que las palabras fluyan, para que dejen de ser tuyas y pasen a ser del que tenemos delante para cerrar unas cuantas bocas.

Una experiencia más, un instante de debilidad y los muros a mi alrededor empiezan a desvanecerse, debo mantenerme alerta para que mis sentimientos no fluyan en público, nunca más van a provocar con sus palabras que mi corazón se rompa en pedazos. A las personas les gusta hacer sufrir a los demás, es como si fuera parte de su personalidad, de sus profundas frustraciones, de sus deseos inclumplidos, necesitan mirar a los demás y tener algo que señalar, dejar que sus palabras dejen de ser propias y dejar que ondeen en el aire para el que es criticado pueda ser cómplice de ellas. El truco es no dejar que nos afecte aunque, la mayoría de veces, nos colapsan y nos dejan ver cómo son las personas en realidad, la hipocresía fluye entre todos nosotros, al igual que las miradas expectantes tratando de captar dónde fallas, dado que, los errores pueden ser aplaudidos por los más crueles que, no suelen ser pocos.

Cuando te critican y no respondes a ello, esperas al momento adecuado, entonces es cuando aciertas. Trato de no dejar que los demás influyan en mi día a día con sus palabras, no vale la pena pensar en ello, ni siquiera dejar que me embauque. La que comete el error no soy yo por mucho que quieran hacérmelo creer, son ellos por no ser dueños de sus palabras, las tengo yo y puedo hacer con ellas lo que quiera llegado el momento. Nadie tiene idea del efecto que pueden hacer en los demás, de cómo pueden herir, cómo pueden formar heridas en lo más profundo de nosotros sin darnos realmente cuenta hasta que empezamos a autoculparnos de cosas o autodestruirnos con adjetivos que nos dijeron en su día y que no tienen ningún sentido.

Algunas personas se creen superiores por tener más cosas que tú o por vivir donde viven o por tener más dinero pero, lo que no saben o no se dan cuenta es que todos somos iguales, nacemos y morimos de la misma forma, ¿para qué tanta crítica, tantas discrepancias e inconvenientes? ¿Por qué ser rudos con los demás si hemos sido amables? Siempre he dicho que la confianza, las ilusiones y esperanzas son para los niños pequeños y lo sigo manteniendo, no es fácil confiar en cualquiera con los ojos cerrados, no somos idiotas, normalmente salta la liebre antes de que te des cuenta. Los que no te conocen hablan por hablar, como si tuviesen un solo motivo por el que abrir la boca pero, tan solo son unos bocazas infantiles que hablan sin saber, no entienden muchos de los aspectos de tu vida y tratan de hacerte caer, aunque lo único que consiguen es una completa indiferencia.

Todos somos dueños y cómplices de lo que decimos, escribimos... de todo lo que sale de nosotros, qué menos que ser respetuosos, tener cierta delicadeza a la hora de hablar, no es tan difícil, ¿no? Las palabras forman frases, hirientes o no, salen habiéndolas pensado antes para provocar cualquier emoción sincera o no, cualquier sensación y provocan innumerables pensamientos que puede que creas o no. Dueños de todo y de nada a la vez, hay que utilizar las palabras con inteligencia, no soltarlas a la primera que nos venga sin más, sé que mucha gente es tan infantil que no llega ahí pero, se puede madurar un poco. Solo lo digo. 

¿Qué opináis sobre esto? ¿Alguna experiencia que compartir? ¿Estáis de acuerdo?


Espero que os haya gustado la reflexión y que penséis un poco en lo que decís a los demás, puede resultar de una forma u otra. Un beso y un abrazo, lectores. 


Podéis visitar y seguirme en Instagram, cada día tenéis actualizaciones sobre mi día a día y fotos nuevas: 

También, podéis seguir la página de Facebook del blog: 

Por último, seguidme en Twitter: 

Comentarios

  1. Pocos meses después de morir mi padre, de cáncer, y en medio de una gran depresión, una persona, a la que consideraba muy buena amiga, me dijo algo que me hizo mucho daño. En ese momento decidí que la mejor decisión que podía tomar era echarla de mi vida. No me arrepiento de ello. Los débiles y los ignorantes se visten de prepotencia y orgullo. Es mejor mantenerlos alejados y no hacer caso de sus comentarios malintencionados, sí, pero estúpidos y carentes de valor. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por compartir tu experiencia. La verdad es que, cuando estamos pasando por malos momentos, nos damos cuenta de quién está ahí a nuestro lado y quién es de pega. En mi caso, no dejo de echar a personas de mi vida, día tras día, porque no puedo relacionarme con gente que no tiene ningún valor, tampoco es que sepan qué es la lealtad o la confianza. Entiendo perfectamente tu postura y siento mucho lo de tu padre (aunque sea algo tarde para decirlo).

      Un besillo.

      Eliminar
  2. Me tomó muchos años antes de volverme tan consciente de mis palabras como lo estoy ahora. Me llevó incluso más tiempo aprender cómo escuchar a los demás y asignar un valor a lo que otros me dicen. El primero es una habilidad de vida que gana amigos. El otro es una habilidad de vida que los mantiene.


    It took me many years before I became as conscious of my words as I am now. It took even more time for me to learn how to listen to others and assign a value to what others tell me. The first is a life skill that wins friends. The other is a life skill that keeps them.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí también me ha llevado mucho tiempo y práctica. Somos dueños tanto de lo que hacemos como de lo que decimos, así que, hay que ser consciente de todo para saber qué es mejor guardarse y qué es mejor decir. Es cuestión de poner atención, eso es todo.

      Gracias por compartir tu experiencia y comentar. Un besillo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Delincuencia Convencional y No Convencional:

Serie "El Mentalista":

TAG del Metalero: