Cerrando Etapas:
El martes fue un día de buenas noticias, de emprender caminos propicios para nosotros y de cerrar etapas que nos han servido para aprender durante todo este año. Como bien sabréis, no todo se consigue enseguida, todo tiene su momento, su razón de ser; ese día me di cuenta de que el esfuerzo y la dedicación de cada día habían valido verdaderamente la pena. Voy a desarrollar en modo VLOG la experiencia vivida a lo largo de esa mañana y las cosas que pude llegar a encajar en mi mente en referencia a mi profesión y a las oportunidades que la vida ha traído consigo.
Los que lleváis más tiempo por estos lares, sabréis que soy bastante hipocondríaca por haberlo nombrado en varias de mis entradas a lo largo de este blog y el martes no pudo ser menos, dado que, tenía cita con el médico. Había estado retrasando esa visita durante unos meses, estaba aterrada, como siempre, evitando el ataque de pánico porque conozco lo que me puede producir en los días siguientes y tratando de que mi corazón no se acelerara, respirando profundamente. Los pensamientos negativos que cruzaban mi mente sobre lo que podría estar teniendo, se presentaban frente a mí, sin parar... estaba bastante agobiada. El médico me llamó y entré junto a Fabio (porque ni de coña me atrevía a ir sola, ¡gracias traumas!) , entre temblor de piernas y de labios, empecé a explicarle mi problema y, en cuanto hube terminado y tras unas cuantas preguntas, me dio el diagnóstico, el cual, me dejó bastante aliviada y me ayudó a bajar mi ritmo cardíaco. La verdad es que no era nada y lo había estado arrastrando por utilizar ciertos jabones que prolongan esta patología, pero nada más, todo arreglado con una crema. Lo que esto me dio a entender es que, a parte de que no tengo que esperar tanto a una visita médica, pude dar el paso y obligarme a ir aunque estuviera aterrada, estaba dispuesta a solucionar el problema a pesar del miedo que residía en mí desde hacía unos meses. Para hacer todo esto, tuve que pedir la cita una semana antes y por internet, sino, sabía que no iba a ir al hospital a cogerla. Esta es la primera etapa cerrada, algo que tenía pendiente ya se está arreglando (por el tratamiento, claro).
Tras esto, fuimos al lugar donde Fabio había hecho una prueba importante para un trabajo. No quería hacerme ilusiones porque siempre pasa lo mismo y termino más decepcionada de lo que esperaba, juntándolo con la frustración más grande y nunca vista, así que, simplemente, permanecía a la expectativa en este asunto. En cuanto salió de allí, resulta que le habían pagado muy bien los dos días que había estado haciendo la prueba y... ¡le habían cogido! Esto también cerró otra etapa en nuestra vida, dado que, en el antiguo trabajo no estaba a gusto, le costaba incluso animarse a ir y no es que llegase demasiado contento a casa. Evidentemente, siendo su pareja, me sabe mal verle así y le aconsejé que buscase otra cosa... Ha costado pero, ¡por fin ha llegado el momento!
Por último, terminamos el trayecto en el bar de sus padres porque teníamos que recoger un par de cosas. Nos topamos con una mujer que nos conoce tanto a nosotros como a su familia y que me comentó que le había gustado mi blog y se lo había dado a unas personas en un sitio donde ella solía ir para aprender a utilizar internet y demás. Me invitó a que, cuando terminase el libro, ir allí a dar una especie de charlas, presentar el libro y vender algunos ejemplares, que ella se apuntaba encantada. Me quedé alucinada, en serio, no sabía cómo reaccionar, tan solo con una sonrisa de oreja a oreja porque estaba viendo cómo se iba allanando el camino en lo que siempre he querido hacer y a dónde quería llegar. Todo en nuestro alrededor se alía para que consigamos lo que queremos, hay que estar atento a los detalles y a las señales que la vida te va planteando para hacerte un poco a la idea de si estás yendo por buen camino o estás dándote contra una pared porque ese camino no te conviene (cuando te salen mil obstáculos para conseguir aquello que CREES que quieres. Esto lo comentaré en una entrada más adelante, no os preocupéis). Me he dado cuenta con todo esto de que las oportunidades están viniendo a mí, ni siquiera voy buscándolas, eso es buena señal porque puedo confirmar que voy por el camino correcto. Cierro la etapa de las frustraciones, de creer que no soy capaz de terminar un libro que he estado durante un año preparando, también la de sentir que esta no es del todo mi vocación o que no soy capaz. ¡Ya basta! Si me salen tantas oportunidades y estas energías, señales y detalles se alían para allanarme el camino, es por algo, ¿no?
Es un mes para cerrar etapas, para cambiar pensamientos y empezar cosas nuevas, con oportunidades para nosotros, para observarnos y tratar nuestros miedos con algo más de delicadeza. La verdad, no suelo decir que un día es perfecto porque cada uno está lleno de imperfecciones pero, podría decir que, el martes, fue uno de ellos. Pude observar que las cosas podían ir avanzando, me motivé muchísimo con el tema de las charlas y presentaciones del libro, dado que, por algún sitio tendré que empezar... Agradezco estas cosas porque te llenan de motivación, de vida y te animan a seguir adelante con tus proyectos, nuestro alrededor está hecho para que tengamos éxito, ahora nos toca a nosotros hacer nuestra parte para llegar ahí... ¡Flipo!
¿Os ha sucedido algo así en algún momento? ¿Habéis tenido alguna vez un día donde habéis sentido que todo se ha aliado a vosotros? Comentad vuestra experiencia si os apetece, ya sabéis que siempre os leo...
Los que lleváis más tiempo por estos lares, sabréis que soy bastante hipocondríaca por haberlo nombrado en varias de mis entradas a lo largo de este blog y el martes no pudo ser menos, dado que, tenía cita con el médico. Había estado retrasando esa visita durante unos meses, estaba aterrada, como siempre, evitando el ataque de pánico porque conozco lo que me puede producir en los días siguientes y tratando de que mi corazón no se acelerara, respirando profundamente. Los pensamientos negativos que cruzaban mi mente sobre lo que podría estar teniendo, se presentaban frente a mí, sin parar... estaba bastante agobiada. El médico me llamó y entré junto a Fabio (porque ni de coña me atrevía a ir sola, ¡gracias traumas!) , entre temblor de piernas y de labios, empecé a explicarle mi problema y, en cuanto hube terminado y tras unas cuantas preguntas, me dio el diagnóstico, el cual, me dejó bastante aliviada y me ayudó a bajar mi ritmo cardíaco. La verdad es que no era nada y lo había estado arrastrando por utilizar ciertos jabones que prolongan esta patología, pero nada más, todo arreglado con una crema. Lo que esto me dio a entender es que, a parte de que no tengo que esperar tanto a una visita médica, pude dar el paso y obligarme a ir aunque estuviera aterrada, estaba dispuesta a solucionar el problema a pesar del miedo que residía en mí desde hacía unos meses. Para hacer todo esto, tuve que pedir la cita una semana antes y por internet, sino, sabía que no iba a ir al hospital a cogerla. Esta es la primera etapa cerrada, algo que tenía pendiente ya se está arreglando (por el tratamiento, claro).
Tras esto, fuimos al lugar donde Fabio había hecho una prueba importante para un trabajo. No quería hacerme ilusiones porque siempre pasa lo mismo y termino más decepcionada de lo que esperaba, juntándolo con la frustración más grande y nunca vista, así que, simplemente, permanecía a la expectativa en este asunto. En cuanto salió de allí, resulta que le habían pagado muy bien los dos días que había estado haciendo la prueba y... ¡le habían cogido! Esto también cerró otra etapa en nuestra vida, dado que, en el antiguo trabajo no estaba a gusto, le costaba incluso animarse a ir y no es que llegase demasiado contento a casa. Evidentemente, siendo su pareja, me sabe mal verle así y le aconsejé que buscase otra cosa... Ha costado pero, ¡por fin ha llegado el momento!
Por último, terminamos el trayecto en el bar de sus padres porque teníamos que recoger un par de cosas. Nos topamos con una mujer que nos conoce tanto a nosotros como a su familia y que me comentó que le había gustado mi blog y se lo había dado a unas personas en un sitio donde ella solía ir para aprender a utilizar internet y demás. Me invitó a que, cuando terminase el libro, ir allí a dar una especie de charlas, presentar el libro y vender algunos ejemplares, que ella se apuntaba encantada. Me quedé alucinada, en serio, no sabía cómo reaccionar, tan solo con una sonrisa de oreja a oreja porque estaba viendo cómo se iba allanando el camino en lo que siempre he querido hacer y a dónde quería llegar. Todo en nuestro alrededor se alía para que consigamos lo que queremos, hay que estar atento a los detalles y a las señales que la vida te va planteando para hacerte un poco a la idea de si estás yendo por buen camino o estás dándote contra una pared porque ese camino no te conviene (cuando te salen mil obstáculos para conseguir aquello que CREES que quieres. Esto lo comentaré en una entrada más adelante, no os preocupéis). Me he dado cuenta con todo esto de que las oportunidades están viniendo a mí, ni siquiera voy buscándolas, eso es buena señal porque puedo confirmar que voy por el camino correcto. Cierro la etapa de las frustraciones, de creer que no soy capaz de terminar un libro que he estado durante un año preparando, también la de sentir que esta no es del todo mi vocación o que no soy capaz. ¡Ya basta! Si me salen tantas oportunidades y estas energías, señales y detalles se alían para allanarme el camino, es por algo, ¿no?
Es un mes para cerrar etapas, para cambiar pensamientos y empezar cosas nuevas, con oportunidades para nosotros, para observarnos y tratar nuestros miedos con algo más de delicadeza. La verdad, no suelo decir que un día es perfecto porque cada uno está lleno de imperfecciones pero, podría decir que, el martes, fue uno de ellos. Pude observar que las cosas podían ir avanzando, me motivé muchísimo con el tema de las charlas y presentaciones del libro, dado que, por algún sitio tendré que empezar... Agradezco estas cosas porque te llenan de motivación, de vida y te animan a seguir adelante con tus proyectos, nuestro alrededor está hecho para que tengamos éxito, ahora nos toca a nosotros hacer nuestra parte para llegar ahí... ¡Flipo!
¿Os ha sucedido algo así en algún momento? ¿Habéis tenido alguna vez un día donde habéis sentido que todo se ha aliado a vosotros? Comentad vuestra experiencia si os apetece, ya sabéis que siempre os leo...
Espero que os haya gustado el VLOG y que os haya hecho preguntaros qué camino queréis emprender en vuestras vidas. Un beso y un abrazo, lectores.
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