Mi experiencia en la Universidad:



Como ya sabéis, hace poco más de un año dejé la Universidad, de hecho, lo publiqué en la entrada "Universidad" (podéis leerla en el link) y a estas alturas, no me arrepiento de haberlo hecho. Os voy a explicar bastante mejor de lo que lo hice mi experiencia porque creo que es importante que me desahogue y dar una perspectiva más general de lo que es la Universidad porque parece que siempre se ha idealizado mucho y yo no lo viví de esa forma, es más, cuando dices que eres alumno universitario entran en juego varias cosas y no son fáciles, precisamente.

Fui a una Universidad privada aunque intenté entrar en la pública pero con un 6.8 me fue difícil porque quería entrar en Criminología que pedían, al menos, un 9.8, una nota bastante inalcanzable para mí. No me seleccionaron en ninguna pública, así que, estuve buscando alguna privada que me diese la oportunidad de estudiar aquello que siempre me había llamado mi curiosidad y había querido investigar, a pesar de las quejas de que esa carrera no tiene ningún tipo de futuro. Quiero aclarar (aunque muchos universitarios lo sabréis), que cuando eres un alumno y dices a alguien que te pregunta que vas a la Universidad, no solo es una palabra o un lugar al que ir cada día de la semana exceptuando sábados y domingos, quiero decir que no hay mucho de guay en ello como he leído por ahí u oído en algunos sitios, es mucho más complicado que eso, lo iré comentando más abajo.

Ir a la Universidad es sacrificio continuo, cero tiempo para ti mismo y no tener vida durante cuatro años, uno más si tienes doble grado y dos años más de máster (sin incluir el doctorado que son cinco años más de investigación). Consta de organización, tener la mente activa a todas horas, estar pendiente de cada trabajo y examen, memorizar dos semanas antes del momento, tomar apuntes para no perderte en casa, llevar siempre un repaso por si te preguntan en clase... y creédme que a menudo lo hacían. Todo esto fue aumentando a medida que me iba incluyendo las asignaturas de Derecho que empecé al año siguiente que, por cierto, fue durísimo porque de Criminología que era lo que realmente me gustaba no tenía ninguna, fue algo que me animé a hacer porque personas allegadas no paraban de decirme que lo que había elegido no tenía futuro, me insistían tanto que al final hice el doble de grado con más trabajo, exámenes y de todo, digamos que estaba hasta arriba de cosas. Evidentemente, con todo esto, vino el estrés y las ansiedades aunque, al principio no las notaba demasiado pero mucho después, se empezaron a notar bastante más.

Desde que entré en párvulos (aunque tan solo dibujes y aprendas el abecedario, por así decirlo) con tres años, que no había dejado de estudiar, siempre me superaba a mí misma por muchos suspensos que hubiese o complicaciones, fueron muchos sacrificios y, en cierto modo, me harté de no poder disfrutar de mi vida ni tener una propia, ya que estoy aclarándolo, lo añado también. Un suceso muy importante me llevó a desinteresarme por todo lo que estaba estudiando, de hecho, ya no tenía ningunas ganas de pasearme por allí porque dejó de ser lo mío y, simplemente, se evaporó; empezaba a notar que todo se me hacía grande, me desesperaba y los ataques de ansiedad empezaban a fluir de dentro de mí hacia afuera, empezaba a notar que tenía angustia cada vez que entraba en la Universidad, digamos que ya no podía estar rodeada de todo aquel estrés, las personas que eran muy cargantes (estar entre un montón de pijos mimados, pues ya me diréis) ya sea por sus quejas continuas de tener demasiadas cosas que hacer cuando los demás ni abríamos la boca, de no poder llegar a tener dos semanas enteras para estudiar un examen complicadísimo y de las quejas de personas por querer tener unas horas para mí los fines de semana.

Pero no solo fue por esto que lo dejé, había cosas que no me encajaban y no iban conmigo en la carrera de Derecho. Una de ellas fue la afirmación de mi ex profesor de Derecho Penal: "Cuando eres abogado de Derecho Penal y estás defendiendo a un culpable y sabes que lo es, tienes que defenderlo a capa y espada porque tienes a una familia que alimentar en casa y da igual lo que pase, hay que pensar de esta forma". Pues bueno, después de esto, surgió en mí una pregunta muy recurrente y era si este hombre podía dormir por las noches porque yo, desde luego, habiendo dejado a un posible psicópata (en caso de defender a uno) por la calle o, a un violador de niños suelto para darle la oportunidad de hacerlo más veces con muchas probabilidades de éxito, no podría hacerlo. Otra de las cosas que no iba conmigo era el hecho de defender a alguien aunque tú creyeses que era culpable, es decir, ¿cómo puedo defender a alguien tan fríamente delante de la persona realmente inocente, mirándola a la cara y jodiéndole la vida? Pues no, realmente, no veía esto bien en absoluto y menos el trato que se hacía de los abogados defendiendo a las personas, repitiendo articulitos todo el rato y basándonos en leyes que, a veces, decías: ¿y esto, quién narices lo ha inventado? Pero, en sí, no había empatía de ningún tipo, todo era muy mental, rollo robótico.

Durante el primer año que hice Criminología fue todo fantástico en cuanto a estudios porque me encantaba y he sido siempre autodidacta con este tema, así que, lo tenía más o menos entendido ya. No aguantaba a muchos de mis compañeros y, al ser como soy, tuve que fingir que era otra persona totalmente diferente para pasar desapercibida entre la gente porque llegan a ser muy crueles (y cuando ya has pasado por bullying durante quince años de tu vida, aprendes la lección), vestía "normal", es decir, sin camisetas heavies ni collares ni pulseras de pinchos, iba con colores y demás como ellos, vamos. Tan solo quería ser invisible entre la multitud y, al parecer, lo hice bastante bien porque muchos de ellos ni se dieron cuenta de que existía, ¡premio para mí! Tan solo era una sombra obligada a ser invisible por no ser entendida, pensaba que lo aguantaría pero fue imposible llegado el momento en que supe que quería ser yo misma y dedicarme a lo que realmente había tenido en mente durante tanto tiempo (escribir). Pero, al final de este curso, supe la cantidad de gentuza que se puede reunir en un mismo sitio, sí, no es broma, porque me hicieron una que vamos, es para ponerla en un telediario y reírse porque vaya forma de hacer el ridículo. Aquí os la dejo:
- El asunto fue que teníamos un proyecto final de curso recién aplicado a las carreras, así que, era una especie de piloto para ver cómo les salía el tema. Nos pusimos en dos grupos de ocho personas, mucha gente se iba a casa cuando tocaban reuniones de grupo para hacer el trabajo (por eso siempre he odiado hacer trabajos grupales), nos quedábamos las dos tontas de turno. Como el tío que era el jefe de grupo no se enteraba, me dijo que me pasaba a mí el mando porque reconocía que no estaba atento en las explicaciones de proyecto ni nada, así que, se lo comentamos al profesor y se cambió el nombre del jefe de grupo y todos contentos. A la semana siguiente, me viene el señor todo ofendido comentando que le había quitado el puesto, que se lo había dicho un pajarito (su novia y compañía que se pensaban que era tonta pero vamos que, ni un pelo) y yo le dije que me lo había dicho él y que por eso se cambió, me dijo que no, que no había sido así para nada. Ahí ya me empecé a cabrear porque no sé qué le pasaba en la cabeza, le comentamos al profesor las dos bobas que siempre nos quedábamos, el problema que había en los grupos y el profesor se puso firme con todos. Por supuesto, hice mi parte y la envié, pero para el día de la presentación frente a la empresa para la que estábamos haciendo el proyecto, los muy listos después de putearme, querían que yo presentase el mismo (solía hacer unas presentaciones muy buenas, por eso) pero, con todas mis ganas dije: "Pues no, lo haces tú que para eso eres el jefe de grupo, ¿no?" Se pusieron todos en contra mía, como era de esperar como niños pequeños a los que les quitas el chupete pero, no quería hacerle la cama a un niñato mimado, que se espabilase como las personas que nos currábamos las cosas. Aunque el profesor me pidió por favor que lo hiciese yo, me negué, no quería ponérselo fácil y tampoco que me tomaran el pelo, así que, lo hizo él y salió de pena, como bien sospechaba (a la otra, no volverá a hacerlo, ¿verdad?). Empezaron a evaluarme mal y todo, con un odio uff... que me lo pasé por el forro, por supuesto, dado que en ningún momento intenté ser amiga de nadie y tampoco quise acercarme a nadie, sabía que así, no me afectaría y, de hecho, no lo hizo. Tuve la nota que me correspondía.

Como habéis podido comprobar con el ejemplo anterior, no quería tener nada que ver con la gente que surcaba aquellos lares (exceptuando a unas cuatro personas que me caían bien), me faltaba tiempo para salir de clase e irme, además, siempre sentía mucha presión cuando estaba en las clases, me escondía un poco entre la gente para no dar mis opiniones y, mucho menos, ante gente que sabía que podría atacarme. Muchos de ellos, eran excesivamente prepotentes, por lo que, intentaba alejarme de esos grupos lo máximo posible; en los descansos iba a un parque de lo más alejado lleno de naturaleza, donde podía disfrutar del día y no de sus banalidades, porque de hecho, empezaron a molestarme sus voces, en serio. Muchos de ellos pensaban que eran mejor que otros y se notaba en las miradas, casi ninguna persona de segundo de Derecho hablaba conmigo porque no era como ellos, ni siquiera vestía como ellos, por eso, desde el primer momento en el que estuve en clases en su compañía, me excluyeron (no es que me importase pero se notaba bastante, ni siquiera se molestaban en disimular).

En fin, más o menos os he ido explicando mi experiencia. Como he dicho, no me arrepiento de haberme alejado de todo eso, de hecho, vivo mucho más tranquila, trabajo duro y tengo tiempo libre para disfrutarlo como quiera sin tener miedo de nada. Aquí simplemente, me ocupo de lo que tengo que hacer y ya no tengo que estar pendiente de estas cosas y puedo ser quién soy sin ningún tipo de duda, dedicarme a lo que siempre he querido que es la escritura y me voy abriendo camino profesionalmente en este campo. Me gustaría que comentarais vuestras experiencias, si os apetece y si alguien es alumno universitario y ve las cosas de otro modo, también puede comentarlo. En resumen: no fue un momento totalmente desagradable en mi vida ni tampoco el mejor, hubo un poco de todo...


Espero que os haya gustado mi experiencia, lectores. Un beso y un abrazo.

Comentarios

  1. Hola.
    Pues te comento el caso de mis hijos ya que son más o menos de tu edad, que yo tengo 43 años y mis experiencias te pillan más lejos.
    Ambos visten como tú, con camisetas de grupos heavy, pulseritas de pinchos y mi hijo lleva el pelo largo.
    Ambos empezaron en la universidad. Ambos hicieron amigos, en eso tuvieron suerte, no un grupo enorme, no, porque había bastantes niños mimados como dices tú, pero bueno, cada uno tenía su grupo y en eso estaban adaptados.
    Pero en cuestión académica mi hija llegó a estar muy muy saturada, y coincidió con la muerte de su abuelo de repente y el suicidio de un compañero, así que acabó con ataques de ansiedad y hablé con ella y decidimos dejar esa carrera y a día de hoy está haciendo otra cosa, también es grado pero a mí eso me daba igual, yo quería que hiciese lo que quisiera sin importarme las salidas o el futuro, eso es muy relativo y cambia de un día para otro. Lo bueno es que conserva los amigos de la facultad.
    Mi hijo acabó la carrera con notazas y estaba contento en la universidad, no tenía casi vida, es cierrto, pero lo disfrutó, en cambio este año empezó un máster lleno de pijos y no le gusta nada, pero solo es un año y ya lleva la mitad así que va a terminarlo. El ambiente es justo como tú describes pero me niego a que mi hijo vista de otra forma porque los demás no sean así, que vista como quiera pero por él, no por nadie, como si quiere ir vestido de escocés, pero siempre porque es su gusto. Él canta en un coro y toca en dos grupos de rock y claro, en su clase todos son más de regeaton. En fin, yo le animo y a ver si acaba, si fuera una carrera de cuatro años le diría como a la hermana, que lo deje, pero en mayo acaba así que le apoyo y animo.
    Un beso y creo que has acertado dejando la carrera, lo que te hicieron con el trabajo es lo que hacen en el grupo de máster de mi hijo, siempre hay un par de tontos que se quedan y un grupo que pasa de todo. Tú actuaste de la mejor manera.
    Seguro que te va a ir genial y perdona por el rollo.

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    1. Hola. Gracias por tu opinión y aportar el caso de tus hijos, me ha encantado lo que has comentado, de verdad. Creo que todos tenemos derecho a decidir y si algo puede con nosotros dejarlopara encontrar algo mejor. Me has demostrado que no estoy loca xD

      Otra vez... gracias. Un besillo.

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  2. Por supuesto que no estás loca, Laura.
    Aunque aquello ya esté lejos te cuento mi experiencia. Yo estudié derecho y me gustaba también la Criminología.
    Tuve suerte porque yo estudié en el grupo de tarde, por la mañana trabajaba y como yo la mayoría, así que mis compis eran bastante normales. No hice grandes amistades, pero tampoco tuve problemas.
    Caraduras te los encontrarás en todas partes, clases, trabajo, vecinos, incluso familiares puedes conocer alguno, salen hasta debajo de las piedras. Jajaja
    Me alegra que te vayas abriendo camino en lo que te gusta. Creo que escribes muy bien y te animo a seguir el camino que tu elijas.
    Por cierto, he leído la entrada del arroz y me ha parecido muy interesante. Gracias.
    A mi también me gusta cuidar la alimentación, porque considero que es la base de la salud.
    Ya ves, con bastantes años de separación tenemos muchas cosas en común.
    Ánimo y adelante! Un abrazo

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