Azúcar y Sal:



Voy a hablar de este tema desde mi experiencia y lo que he sentido desde hace algún tiempo hasta ahora, no quiero decir con lo que escriba a continuación que a otras personas la sal y el azúcar les afecte de la misma manera ni les provoquen las mismas cosas, cada uno es un mundo y yo también soy otro, que no cunda el pánico. Vamos a ver, como todos sabemos y nos han informado mucho, tanto el azúcar como la sal en exceso es perjudicial para nuestra salud, pero siempre depende de qué sal y qué azúcar sea el que utilizamos.

Cuando era adolescente, consumía muchísimo azúcar al día, por lo que, digamos que lo mismo incluso de calorías, pero no me provocaba ningún tipo de intolerancia ni molestia, cuando me sentía ansiosa, lo primero que me apetecía era comer algo dulce, de hecho, me hacía sentir mucho mejor, o eso me parecía a mí. Dicen que cuando estás deprimido/a y comes dulce, te sube los ánimos pero, he de decir que eso no es así en absoluto, lo he notado sobretodo desde hace un año hacia aquí. El azúcar refinado lo que hace es excitar a la persona, digamos que altera (al menos a mí), de hecho, si como un poco no pasa nada pero, si abuso de ello, ya empezamos con taquicardia o ansiedad, es un poco raro pero lo he contrastado y, al parecer, sí que puede ser que a algunas personas nos afecte mucho más que a otras, creo que mi cuerpo me ha dado el basta al azúcar por haber abusado tanto en un pasado.

Cuando como sal, me pasa lo mismo, aunque no me siento tan ansiosa como con el azúcar refinado. Si me sobrepaso un poco, me puede doler la cabeza durante una hora o dos y sí que me siento un poquillo ansiosa, algo que es bastante incómodo. Esto me ocurrió con unos falafel que cenamos una noche, de hecho, me sentí taquicardia hasta que hice bien la digestión, así que, fui a ver qué llevaba cada cosa que había comido y... ¡ahí estaba! Había sido la sal... Nuestro cuerpo asoma las intolerancias de diferentes formas y, cuando decides dejar de tomarlos, ya dejan de sucederte estas cosas cuanto más relajado estás; podemos pensar con esto que empezaremos a tener carencias pero, no es así porque un sustituto del azúcar que no produce ningún efecto en nosotros es la fructosa, es decir, el azúcar que proviene de las frutas, de hecho, cuando lo necesitéis podéis comeros cualquier pieza de fruta y dejaréis de sentiros necesitados de este. En cuanto a la sal, podéis sustituirla por la sal marina fina, es totalmente natural y la podéis comprar en cualquier herbolario, la cual, no me provoca ningún tipo de efecto secundario en el cuerpo.

Realmente, no sé qué más le ponen al azúcar y a la sal que, incluso, me sienta peor que antes. Tampoco entiendo que todos los productos que vemos, lleven azúcar refinado y sal, como unas simples alubias, las gelatinas (sin azúcar pero con sal), el tomate frito, la mayonesa... por favor, ahora se pone en todas partes y es una cosa que no se puede permitir porque muchos alimentos naturales están muy buenos tal cual vienen (pasa mucho con los ecológicos), además son más sanos y, por lo menos, sabes que estás alimentándote con algo que no es tóxico y que le han metido un montón de edulcorantes, acidulantes, ácidos y mierdas que, a decir verdad, es otra cosa que no entiendo, parece que se divierten provocándonos enfermedades para que los hospitales tengan enfermos y así, los médicos poder recetar paliativos que no hacen desaparecer la enfermedad, sino que, la "adormilan", así las farmacéuticas pueden seguir haciéndose ricas a costa de las personas. ¡Es indignante!

También noté algo interesante el verano pasado, y es el hecho de que los helados tampoco me sentaban del todo bien, podía comer pero no de forma seguida (todos los días). Resulta que llevan una cantidad de azúcar increíble y, a parte, el helado en sí es pura grasa; además, me informé de cómo afectan los helados a nuestro organismo y, desde que lo supe, que tengo mucho respeto con ellos: pueden producir cólicos en los riñones y en la vesícula. Os parecerá mentira pero, lo pueden producir debido a lo frío que está el helado y al impacto que produce en el estómago que está a una temperatura de treinta y seis grados, el hígado no lo procesa muy bien y le cuesta y la vesícula más de lo mismo, de hecho, el cuerpo hace un sobre esfuerzo cada vez que nos comemos un helado (aunque uno allá a las mil no hace ningún daño). La cuestión es que abusan del azúcar y lo podemos encontrar en cualquier alimento donde nos parecería imposible que estuviese, siempre tengo que estar mirando etiquetas, incluso en el chocolate (he de comprarlo sin azúcar, sin edulcorante y colorantes, de hecho, es lo más natural que he podido encontrar), hay que estar en todo a la hora de comprar y siempre que salgo de un supermercado termino con la cabeza como un bombo con todo el cuidado que hay que tener eligiendo la comida, de verdad; bueno y, aparte de esto la gente que, en nada me empiezo a agobiar y necesito salir rapidito pero, eso ya es otro asunto.

Como sabemos, todo lo que tiene azúcar refinado, ya sean bollos, galletas, nocilla, magdalenas... en fin, cualquier cosa dulce que se os pase por la cabeza, nada de eso sacia realmente, lo quemamos enseguida, al cabo de una hora ya tenemos hambre porque el páncreas absorbe el azúcar muy rápido, por lo que, el cuerpo va a necesitar más combustible. Realmente, no estamos alimentando a nuestro cuerpo, le estamos dando hidratos de carbono para que se sacie durante un periodo muy corto de tiempo. La verdad es que bueno, para mí es intolerable toda la cantidad de azúcares que les ponen a las cosas y la sal que, cuando eres más joven lo mismo no te afecta de la misma manera que a una persona mayor que puede provocar una subida de tensión, todo esto se debería mirar, no estar echándolo a todo como si fuese poquita cosa. Además, según he podido leer, la sal también puede ser perjudicial para el corazón si se toma en exceso. 

Bueno, tan solo quería comentar estas cosas porque creo que la alimentación es la base para que nuestro cuerpo permanezca sano y que lo que ponen en los alimentos no ayuda a este hecho. Os voy a poner un pequeño ejemplo de hace una semana: me preparé unas tostaditas con semillas de sésamo (sin gluten, ni edulcorante, ni azúcar ni nada por el estilo) y, como no teníamos queso de cabra y me apetecía ponerme una loncha, se me ocurrió ponerme de vaca que usaba Fabio para sus sándwitches, lo cual, os puedo adelantar que fue un completo error, estuve cuatro días con un vacío en el estómago de lo más incómodo. Cuando fui a ver qué llevaban las lonchas, lo entendí, todo eran edulcorantes, nata pasteurizada, lactosa (soy intolerante, así que, imaginad) y, por supuesto, llevaba bastante sal y bueno, me quedé flipada porque ya ves tú un alimento como el queso que lleve sal. Así que, tuve que estar cuatro días tomando agua con limón, ajo (ya os comentaré por aquí sus beneficios en entradas futuras) y manzanilla a granel. Esto es para que veáis que hay que mirar bien las etiquetas y cerciorarse bien de lo que comemos, observar las reacciones de nuestro cuerpo y saber lo que es bueno para nosotros porque nos ponen una cantidad de porquerías que una al final alucina.


Espero que os haya gustado la entrada, hacía un tiempo que la tenía preparada y si queréis comentar alguna experiencia, podéis hacerlo por aquí, ¡os leo! Un beso y un abrazo, lectores.

Comentarios

  1. Me alegro de que te resulte interesante. Un saludo y gracias por comentar.

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  2. Thank you, Laura, for your research to prepare this article. It deals with at least three controversial areas: salt, sugar, and food additives in our diet. A fourth is what the food producers say about their additives, that they are safe in the trace amounts in their product. But they never bother with the cumulative effects of consuming all of those additive chemicals. Great article; most informative and thought provoking.

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    1. Thanks for your beautiful words. I think that information is very important for our body and mental healthy. The food producers never convince theirselves to that this food isn't healthy for people because they always think in money.

      Kisses!

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  3. Hola. Estoy de acuerdo contigo. Yo tuve que operarme de la vesícula hace años porque tenía piedras, y no lo entendía porque siempre he comido de manera saludable y estoy segura de que fue por la sal y el azúcar de ciertos alimentos.
    Y por culpa de eso tengo también problemas con la lactosa, no es una intolerancia grave pero me juega malas pasadas.
    Besos y un post muy interesante.

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    1. Hola, me alegro de que te haya gustado la entrada. Sí, he leído varios estudios en los que indica que el azúcar y la sal los echamos como si nada en las cosas pero nuestro cuerpo no los tolera del todo bien y por ello pasan cosas como la que has comentado, a parte que también pueden producirse piedras por comer helados (lo conté en una de las entradas anteriores en las que hablaba de alimentación, por si quieres leerla). También tengo intolerancia a la lactosa de vaca y cuando el cuerpo te dice basta es por algo.

      Muchas gracias por comentar y besos.

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