Burbuja:



Vivir en una burbuja alejada de los demás, es lo que te hace ser única, tener sueños cercanos a la irrealidad y poder ver muchas de las cosas que otros no podrían ver. También es un símbolo de protección, de compostura, de alejarse de los demás y encontrarte a ti mismo, es el mayor beneficio que puedes obtener de esta sociedad llena de ruido y despropósito, de incertidumbre y desesperación. El mundo lo convertimos en algo intrínseco, algo que está a nuestro alrededor porque no podemos evitarlo, teniendo nosotros el nuestro sin necesidad de aguantar a otros especímenes que no hacen más que remolonear como moscas cojoneras, sintiéndonos a nosotros mismos en una tranquilidad absoluta.

En cuanto a mi experiencia, siempre he vivido en mi propia burbuja personal desde que tengo uso de razón, de hecho, cuando era pequeña tenía la costumbre de estar jugando sola en un rincón creando mi propia historia entre los muñecos que tenía entre manos. Nada me importaba más que mi momento de lectura, donde no existía nada más que las letras arremolinándose en mi mente y la cautivadora historia que me había inventado; habían momentos de escritura que los disfrutaba como nadie, tan centrada en lo que estaba haciendo que me pasaban las horas en un abrir y cerrar de ojos; con la música no me daba cuenta de que se me estaban cerrando los ojos y que me despertaba a la mañana siguiente con los auriculares todavía en las orejas escuchando a mi grupo favorito... en fin, son todas esas cosas que pueden dejarte absorto, que pueden hacer que formes tu propia burbuja de entretenimiento alrededor de ti.

También estoy en mi burbuja personal cuando no quiero que nadie se entrometa en mis sentimientos, es decir, cuando tengo un problema y me vuelvo tan retraída que no puedo si quiera comentarlo. Esa burbuja está llena de contaminantes mentales y negativos que pueden hacer que esté calentándome la cabeza durante horas quizá, sobre cosas incongruentes. Pero realmente me protege de los demás, de sus opiniones y de sus faltas constantes de tacto, de un poco de humildad y comprensión y quizá, de un poco de respeto, he optado por dejarles a todos apartados de mi momento personal en el que, por algún casual, lo estoy pasando mal. Exceptuando siempre alguien que sé realmente que no va a juzgarme y va a apoyarme aunque no esté de acuerdo con mis puntos de vista.

Siempre que he intentado acercarme a los demás, he sido una burbuja con personas que hablaban y hablaban de sus cosas sin parar, sin poder si quiera prestar atención a opiniones distintas, así que, era una burbuja en medio de gente demasiado normal para mi gusto, demasiado superficial como para tener una conversación profunda, por mucho que haya tenido gente alrededor, me he sentido aislada en mi propia burbuja. En ese punto, no pueden hacerte daño, ofenderte o hacerte sentir la persona más desdichada del mundo, porque dentro de ese pequeño espacio tuyo, no existe ningún tipo de duda, ninguna vacilación o sentimiento en el que creas que debes seguir las directrices de los demás.

He tenido opiniones diferentes, aguantando miradas de sorpresa allá donde iba, manteniéndome siempre en tensión y evitando falsas sonrisas, en ese punto también me sentía en mi propia burbuja. Me sentaba en cualquier lugar, mirando aquella incongruente falsedad, aquellas palabras de amistad quebradiza, aquellos momentos que creían perfectos y veía tan solo pura superficialidad, sintiéndome tranquila y a gusto en mi pequeño espacio personal donde podía ser yo, con total libertad y soledad, a decir verdad, me gustaba que me envolviera con su silencio. Es un lugar inimmutable donde puedes convertir tu mundo en propio, puedes hacer lo que quieras y sentirte más que libre de hacerlo, nadie podía irrumpir en ese momento perfecto que tenías contigo misma y mucho menos cualquier persona que galopara al son de su ego, simplemente, ni la escuchabas.

Actualmente, me pasa a menudo. Cuando decides no preocuparte más de situaciones que no avanzan, de personas que no van a hacer nada por mejorar tu vida, cosas que ya ni te importan porque ni siquiera dan de sí y momentos de duda en los que crees que no hay final feliz para ti como en muchas ocasiones no lo ha habido, entonces te posicionas y empiezas a remolonear en tu burbuja. Os la presento, que también se encuentra en todos mis hobbies, sobretodo cuando escribo y leo, forma parte de mi momento especial en el que no puede estorbarme nada, sintiéndome tranquila y especial en cualquier lugar. No hay lugar para la confianza, ni siquiera para la amabilidad, el cinismo empieza a ser el protagonista de mis frases y el sarcasmo mi mejor compañero, lleno de fuerza y pureza, de pasotismo y rebeldía, completando mis días con algo más que tristeza en mi propia burbuja de desesperación absoluta por una vida que quizá nunca llegue.


Espero que os haya gustado mi reflexión, lectores. Un beso y un abrazo.

Comentarios

  1. Me gustan las burbujas porque tienen la forma mas perfecta del universo: la esfera. Igual en cada uno de sus puntos. Todo cabe en ellas, así como lo dices en tu reflexión. Bueno, malo, distante, cercano. Un frágil equilibrio lleno de lo que venga para el día y de repente !plaf! Un reventón que nos descoloca. Bello texto. Gracias por recordarme que las burbujas siguen siendo terrenos habitables. Saludos.

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    1. Me alegro de que te haya gustado, Ren. Coincido contigo con que las burbujas son esferas perfectas llenas de todo lo que hay en nosotros ya sea bueno o malo.

      Saludos.

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