Pacto con el Diablo:



No encontraba ni un ápice de tristeza en sus ojos, ni remordimiento en su rostro, ni decepción al encontrarme tan cerca de mi sueño, de lograr escapar de las garras del infame Diablo, no me gusta deberle nada y tan solo he venido para que me devuelva mi alma. Una llena de tiritas, perdida, quizá algo enfadada y frustrada de ver lo que ha tenido que pagar por llegar a un sueño imposible, por querer cambiar las cosas y tan solo encaminarse hacia el lado correcto, descubriendo tiempo después que eso no era lo que quería. Una verdadera historia capaz de ser contada, con tintes de novela negra y un montón de estupideces que podrían salir en los cómics de Mortadelo y Filemón, a mí me encantaban.

Vacío por dentro, lleno de reliquias por fuera con las que presumir delante de amigos y familiares. Eres tan pobre que no sabrías ni cómo expresar un acto de amor, eres tan rico que quizá, tengas miles de euros, pero no es así como se demuestra lo que hay en tu interior, ser un cretino no minimiza el dolor, te hace algo más estúpido e inmune a la cordura, pero nada más. Los sentimientos son un juego, un acto pasajero que pronto desaparece ¿verdad?, igual que los momentos duros que han pasado delante de nuestras narices tan deprisa que a penas hemos tenido tiempo de reparar en ellos. Un montón de frases incómodas para encubrir el hecho de ser distintos, sonreír cuando realmente se quiere llorar y encerrarse en uno mismo porque es lo único que ves en el camino.

Amargura en la mirada, completa desesperación por ser aceptado y conseguir el valor de los demás. No merece confianza, quizá lo encuentras escudriñando entre los pequeños detalles que conforman tu vida y empiezas a pensar que cuando se habla, otro no escucha o quizá, ideas sanguinarias cruzan mi mente haciendo que sonría, complaciente. Temores que no son respondidos, que hablan en la oscuridad, momentos de prepotencia en los que crees que sabes lo que estás haciendo, tiempos en los que crees tener el poder de todo, de tener el control absoluto de los demás, con cierta ingenuidad diría yo. Completa despreocupación por lo que está por venir, lo que será la ascensión de cambios, de momentos en los que respirar y sentirse aliviado por no volver a cruzar la mirada con el despiadado demonio que vive entre nosotros.

La vergüenza no desaparece de tus ojos, es imposible que intentes esconderla, ya forma parte de ti después de tanta práctica. La mente es la principal voz cantante, la que resuena en una mente complaciente de esta sociedad, dictada como otras muchas que se acoge a lo que le dicen, alguien que no puede revelarse por temor a ser descubierto. Se toman las riendas a pesar de todo y se pasa por encima de cualquiera para lograr lo que se quiere, sea egoísta o no, castigando a quién se arrastra por el camino o un pobre que no tenga más que pan para comer. Acusaciones pasajeras que poco dan que comentar, montones de términos que pasan a nuestro lado como si fueran aire, facciones en tu rostro que permiten ocupar el primer puesto en el victicismo humano.

Un pacto con el Diablo que empezó con la firma de un pasado sobrecogedor y que daba lugar a cambios mayores, momentos diferentes y puntos en común que se esperaba se entendieran. Un pacto que se desvaneció al no cumplir los términos de un acuerdo somnoliento y carente de sentido, basado en el intercambio para llegar a ser la muleta de otro, para tener su metal precioso y poder presumir. La brusquedad del momento hizo que todo se confirmara, permaneciendo la ceguera ante la situación presentada, haciendo caso omiso a un corazón deshecho y entristecido que se levantaba cada mañana con un solo pensamiento, el de desaparecer del mundo para no ser encontrada.

Siendo fugitiva de recuerdos que ensombrecen una mente clara, un cuerpo que necesitaba relajarse y una alimentación sana, conjuntada con momentos felices, ¿es mucho pedir? Una agonía constante al escuchar su voz en mi nuca, al oír sus pasos y el comprender que nada va a cambiar por mucho que piense en ello, saber que las palabras hirientes ya han formado parte de una vida pasada, intentando no perder la paciencia antes de pasarlo bien de más de mil maneras posibles. Sensaciones de suciedad se pasean a través de mi cuerpo, como esa mano que cogió la mía para adentrarme en un infierno más del que no podría salir, un momento inolvidable que perecerá junto a mí cuando me aleje por completo de este desastre. No hay nada como ver tus ojos alejarse, ver esa sonrisa desaparecer de tu rostro y esa personalidad que nada ha tenido que ver conmigo desde hace mucho tiempo, recomponiéndome de un mar de confusión, esperando que las cosas cambien por fin y deje de verte en mi mente como una plaga que se desata en mi interior.

Comentarios

  1. Muy buena prosa Laura,deberías continuar y dar rienda suelta a este estilo pues es muy bueno,felicidades...!!! :)

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    1. Muchas gracias, me alegro de que te haya gustado. Por eso mismo tengo 4 blogs, para dar rienda suelta a todo lo que pasa por mi mente y expresarme de la mejor manera que sé.

      Un beso.

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