Diario de la Granja Humana:

Vivimos en un mundo donde ser uno mismo es un desafío, donde te sacrificas a miradas y a incesantes comentarios, a llamar la atención y obligarte a permanecer entre las sombras. Condenados a parecer lo que no son, a hacer lo que hacen los demás por compromiso y, por que si te niegas, eres la oveja negra.

Miro a mi alrededor y todos siguen el mismo camino. Parecen tener objetivos de vida, metas imposibles, un montón de sueños por cumplir... Pero, la realidad es que todos forman parte de una serie de normas que dicta la sociedad, tienden a seguirlas porque muchos otros lo hacen, no pueden negarse a ir a la Universidad porque no quieren ser menos que el que tienen al lado y, además, podrían defraudar a la familia... preguntadles a dónde les gustaría llegar y oiréis un estruendoso silencio, la mayoría no saben por qué hacen lo que hacen, tan solo son otra copia barata del vecino de al lado. 

Lo más importante es aparentar, sentir que los demás les miran mientras siguen esa gran mentira impuesta por la sociedad. Prefieren ser ganado, les gusta estar atrapados en una especie de granja donde son adoctrinados y les dicen lo que tienen que hacer con sus vidas desde que son unos niños para que las miradas no se posen en ellos, siguen los patrones de conducta para formar parte de una sociedad que se ha roto. 

Se impone la ley del más fuerte, el rico se hace más rico mientras que el pobre trata de sobrevivir entre cartones, mientras la gente pasa por su lado sin mediar palabra, sin una mirada complaciente, una sonrisa o una moneda solidaria. Es más comodo fortalecer el egoísmo, formar parte de una sociedad que no da a cambio de algo, no se entiende nada, se protesta antes que las palabras formen parte de una conversación, la crítica vive implícita en cada uno, necesaria como el agua de beber, sin ella, están marchitos, totalmente vacíos... 

Se respira la hipocresía, se trata con absoluta normalidad, como si fuera un valor natural de los seres humanos que se tuviera que aplaudir. Se repiten patrones generación tras generación pensando que se actúa correctamente cuando, en realidad, hay que empezar a cambiar el chip, cambiar las mentalidades de los más pequeños para empezar a ver cambios en la sociedad en un futuro. ¿Utopía? Seguro. Aquí cada uno mira por su propio beneficio, ni siquiera les interesa saber quién cae en el proceso. El poderoso dinero mueve montañas, tanto como ganado, todos obsesionados, preocupados por llegar a fin de mes, haciendo horas extras sin un respiro para poder pagar las facturas y entendiéndolo como normalidad. 

Siempre temerosos, siempre influidos por el miedo, actuando a causa de él, tomando decisiones erróneas basadas en el pánico de perderlo todo. Se creen lo que ven en televisión, absorbiendo ese miedo, permitiendo que colapse en su interior, creyendo que cada enfermedad que cuentan puede pasarles a ellos, cosa que ocurrirá tras absorberlo tantas veces, ignorantes... A ver cuándo os dais cuenta de las cosas, no todo gira en torno a nuestras narices, se puede ver más allá... 

Nos encierran en una granja para tenernos controlados, para tener poder sobre nosotros, pero cada uno tiene la capacidad de zafarse de las garras de una sociedad decadente, que no cubre las necesidades de las personas, sino que, las destruye por dentro, las vuelve tiranas, egocéntricas, hipócritas, hipnóticas... Nadie puede encadenarnos ni decirnos quiénes somos, podemos quitarnos esa venda que nos impide ver la realidad, es la decisión que cada uno quiera tomar, ¿formamos parte de este tipo de sociedad o rompemos las cadenas de una vez por todas y somos nosotros mismos?

¿Qué opináis vosotros? 

Espero que os haya gustado la entrada y que dé a la reflexión. Un beso y un abrazo, lectores.

Podéis visitar y seguirme en Instagram, cada día tenéis actualizaciones sobre mi día a día y fotos nuevas: 

@lauralooker

También, podéis seguir la página de Facebook del blog: 

@HTLauraPS

Por último, seguidme en Twitter: 

@LauraHT23